*SUPLICA*
En esta soledad que
tu adiós me ha dejado,
en la orilla de este mar
en el que mis lagrimas
sin atajos han rodado,
vengo a suplicar a dios
me sostenga en un abrazo.
La tristeza se convierte
en nostalgia y vence a la
razón, deja paso inerte
al deseo de estar a tu lado
más allá de la muerte y
solo queda pedir clemencia,
para este corazón contrito,
sumido en desaliento y dolor.
Abrázame señor y deja
reposar mi pena en tu regazo,
calmar esta tortura de su adiós,
en la misericordia gratificante
de tu infinito e incondicional amor.
Amén.
Luz Elena Sepúlveda
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