SOPLO DE VIDA
Llegaste a mis manos frágil y ligera,
fue una sorpresa sentirte aletear
tan despacio y tan cerca, como
si algo imprevisto en tu vuelo ocurriera,
descubrí tus motivos, me quede perpleja,
tu alita delantera destrozada y sin fuerza,
las dos antenitas de lodo cubiertas,
ahueque mis manos, te cubrí con ellas,
quise regalarte un soplo de vida y
protegerte de la maldad de afuera,
no me resignaba a que perecieras,
en un acto desesperado, visto en
algún lado y de plena conciencia,
cerré mis ojos, pensé en tu ápex
mutilado y ese vuelo que tu esperas,
reuní poco a poco en mis manos y
desde mi mente inmersa llena de fe
y fuerza, toda la energía de mi esencia,
crispados mis brazos, se rompían las
venas, nada importaba ni el dolor
que a mis manos llegaba ni las venas
rotas por la esperanza de que volaras.
Segundos eternos que valían la pena,
en mis manos amorosas te sentí inquieta,
cansada y serena te mire un momento,
tu morfología lucia nítida, perfecta,
las alitas brillando como estrellas
emprendieron el vuelo radiantes,
a conocer nuevas y bellas praderas.
Autora: Luz Elena Sepúlveda
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