lunes, 20 de diciembre de 2010

EN CADA CORAZÓN

Niño Jesús, he tenido un sueño en el que estabas tú,


soñé que tu cumpleaños se acercaba,

una fiesta inimaginable se preparaba,

la cena, el baile, hermosos adornos,

deliciosas viandas, todo se llenaba de fulgor.

Me sentí muy feliz mientras soñaba,

por primera vez yo en tu cumpleaños estaba,

veía gente apresurada que tus regalos compraban,

que dicha tan grande me embarga pensaba.

Los días pasaron y por fin culminante la fecha llego,

la familia completa se reunió, nos vestimos de gala,

el padre una botella de vino destapo,

una copa nos invito y el brindis inicio,

Todos hablaban, unos a otros en cuchicheos se

criticaban, que si el peinado, que si esta gorda,

que ya le pesan hasta en los dedos los años.

Entre botana y champagne la cena llego,

la mesa servida y la alegría desbordada.

No pude soportar más y un grito de mi garganta surgió,

Bastaaaa!! Asombrados voltearon,

con mi mirar indignado se encontraron.

¿Qué te pasa? preguntaron extrañados,

Me pasa grite desesperada, que esta fiesta no es

en honor de nosotros, he buscado por toda la casa,

nuestro festejado no llego, ¿en dónde está su lugar

en la mesa?, el es el invitado de honor, acaso no se

dan cuenta, es cumpleaños del niño Dios.

Todos callaron, agachados, avergonzados,

entre el fulgor, las viandas, el champagne,

de ti mi niño Jesús se habían olvidado.

Por la ventana un rayito de luz penetro,

un lugar especial marco y ahí te encontré,

el hogar de amor y paz se lleno, todos

Lloramos y las manos al pecho llevamos,

con ternura nos indicabas donde

encontrarte, en donde te ubicabas,

el rayito de luz se multiplico y una chispa

a cada invitado llevo, ya habías nacido y

regocijados, trémulos aprendimos

tu hermosa lección, nos habíamos

olvidado que la fiesta era en tu honor

y tú te depositaste en forma de amor,

en cada avergonzado corazón.

Gracias Jesús, gracias niño Dios.

De mi sueño desperté,

un lugar de honor en la mesa coloque,

aunque ya estabas en mi corazón,

no olvidaría que la fiesta es en tu honor.

que nadie lo olvide por favor,

Desde hoy te deseo que el niño

Dios nazca en forma de amor,

en tu noble y limpio corazón.

Feliz navidad.

Luz Elena Sepúlveda

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